¿Acaso soy mala persona?
¿Tengo derecho a ser feliz?
Desearía que la retórica de una amable sonrisa desconocida me sacara de mis noches de estupor, pero sólo me oigo a mí. Mi pésimo carisma como confidente me ahoga, porque interpreto las cosas como realmente las pienso, y eso me entristece y a la vez me asusta. Todo forma parte de algo más allá de toda lógica y comprensión: estoy encerrada en mí misma sin opción a nada más.
lo saqué de otro blog, pero me sentñi demaciado identificada.
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