El amor es una condición en la que la felicidad de otra persona es esencial para tu propia felicidad.
Juro que nunca antes sentí algo así. Parecido, tal vez. Pero igual a esto, nunca. Siempre quise llenarme los ojos de lágrimas sonriendo a la vez, y estoy en eso. Siempre quise que alguien me valore más de lo que me valoro yo misma, y lo está haciendo. Siempre quise ver el mañana sin miedo, y realmente no sé porque antes sentí miedo. No sé porque sentía tanto miedo de ir alto y de sentirme bien, no quiero decir la palabra miedo, por miedo a que se derrumbe. No se va a derrumbar. Construimos demasiado bien esto. Hasta ahora cada ladrillo en su lugar, cada puerta cerrada cuando se tiene que cerrar y abierta cuando se tiene que abrir. Me alegra haber tenido un pasado, por el cual aprendí a no cometer los mismos errores, no los estoy cometiendo. Me siento bien. Me siento bien con él al lado mío. Cualquier imperfección es insignificante, total, estoy con él, me hace feliz. Puedo sentarme un día entero a mirar los rayos del sol caer, pero al lado suyo. Puedo congelarme los dedos y titiritar, pero al lado suyo. Puedo llorar y llorar, gritar del dolor, pero es insignificante, claro, estoy al lado suyo. Y eso es lo que siempre quise, que nada importe mientras tenga ese bendito hombro para llorar y ese bendito pecho para descansar. Estoy feliz, y se lo debo, es una deuda que tengo con él, espero estar pagando bien. Lo amo, y los comentarios y las críticas me hacen más fuerte, me siento bien al saber que solo él y yo podemos entender que entre nosotros solo hay amor y confianza, muy pocos lo entienden y me tomo en broma esos comentarios absurdos, que, si tienen la suerte de pasar por lo mismo que yo, van a entender que realmente, es broma, porque ser feliz con una persona como él al lado, te lleva a ser feliz sin límites.
Hiciste que por fin alcance mi estado turiya, felicidad extrema, constante, completamente llena.
TE AMO, Y FELICES CUATRO MESES MI AMOR.
