28 de septiembre de 2010

destino


un viejo blues, me hizo recordar, momentos de mi vida, el primer amor, pero aquí estoy, tan solo en la vida que mejor me voy









Hace unas semanas, escribí esto en una hoja, no sabía que final ponerle entonces le puse uno que nada que ver, pero ahora me doy cuenta que era:

todo parecía despejado. Pise un escalón, luego el otro. Las puertas se abrieron de par en par. Lentamente avancé, era un sueño y lo sabía.

El aire misterioso desataba una cadena de nervios que recorría desde mis hombros hasta la punta de los pies. A pesar del silencio mi mente se aturdía más y más, creo que al fin y al cabo era mi lucidez la que estaba en juego.

El juego empezó. Rápidamente, sin saber de que se trataba, subí las escaleras, rodee una habitación con la mirada. Se me desató un cordón. No lo até sabía que si lo hacía pronto se terminaría el juego. Hay que aprovechar los sueños ¿saben? Nunca se sabe cuando se van a acabar.

Lo encontré por fin. Estaba sentado de espaldas en un sillón de esos que parecen de presidente.

Creo que entendía mi presencia, yo la desconocía.

Creo que la conversación fue bastante discreta. El/Ella, entendía bastante bien mi curiosidad. Pero sin embargo no me dio respuestas.

Le pregunte quien era: me dijo que ya iba a saberlo

Le pregunte que hacia yo en ese lugar, y me respondió que necesitaba hablar con el /ella

Le pregunte como iba a afectar esto en mí, y me dijo que en mi vida, y mi mente

Me dijo que tenia que seguir para adelante. Me explico que la vida tiene piedras y tropezones. Que el pone las piedras, que él/ella quiere vernos tropezar, y ponernos a prueba al ver que nos levantamos. Quiere que lloremos, que amemos, y que disfrutemos, quiere que suframos yq eu nos arrepintamos, quiere que vivamos y moramos. Quiere que pase lo que él/ella sabe que tiene que pasar. Y fue ahí cuando me dí cuenta que él era lo que todos buscamos. A quien todos cuestionamos. Al destino.

¿cómo cuando y porqué? Son demaciadas preguntas para hacerle al destino

La vida es manejada por el destino. Quizás sea Dios. Quizás no, yo dejo abiertas mis dudas. Porque sé que el que duda es el mas sabio. Por el momento sé que tengo que hacerle caso. Y dejar fluir la corriente del tiempo. No malgastarlo pero dejarlo que me lleve.

Desperté. El dolor de cabeza había cesado y mi locura también. Quizás ahora si sabia que existía, ahora sabia que con ese sueño iba a seguir y aprovechar las oportunidades, y no malgastar mas tiempo. Sé que el destino me está mirando y esta escribiendo un libro más; mi vida.

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