Siempre que terminamos pensando en consecuencias, olvidamos las causas, las causas que quizás nos hicieron criticarnos, quejarnos, y preguntarnos el famoso ¿Por qué a mí? , terminamos sabiendo la razón, esa consecuencia, ese rayo de sol después de la tormenta. Costaba entender la situación que nos llevo a acabar con algo y a empezar con otro, al principio cerrábamos nuestros ojos, y hacíamos de cuenta que no escuchábamos, ensordecíamos nuestras almas y gritábamos en llanto, después de un tiempo nos sirvió para entender que no era para tanto, que salió ese rayo de luz y que solo exagerábamos, no nos arrepintamos de haber llorado, gritado y sufrido, pero la próxima vez, no seamos tan destinados, la vida siempre se nos da vuelta y nos busca la verdad, acordarte de no perder, te va a ayudar a ganar.
No pensar en tu conciencia, enmudece tu mente, solo empeza a ver las cosas desde un punto más corriente, déjate llevar por este río, un poco de espontaneidad no te va a hacer mal, viví el hoy pensando el mañana, pero viví el hoy. Nada se termina, todo se diferencia del pasado, pero todo sigue y continua en un camino, las historias son libros escritos, pero se le pueden agregar más páginas.
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