28 de noviembre de 2010

Caricia de tu pañuelo que va envolviendo mi corazón.


Por la blanda arena que lame el mar, tu pequeña huella no vuelve más, un sendero solo de penas y silencio llego hasta el agua profunda, un sendero solo de pensas mudas llego hasta la espuma. Sabe Dios qué angustia te acompañó, que dolores viejos cayó tu voz, para acostarse arrollada en canto de las caracolas marinas. La canción que canta en el fondo oscuro del mar las caracolas. Te vas Alfonsina, con tu soledad, ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? Una voz antigua de viento y de sal, te requiebra el alma y te está llamando, y te vas hacia allá como el sueño dormida, Alfonsina, vestida de mar. Cinco sirenitas te llevaran por caminos de algas y de coral, y fosforescentes caballos marinos harán una ronda a tu lado, y los habitantes del agua van pronto a tu lado. Bájame la lámpara un poco más, dejame que duerma no gris en paz, y si llama él no le digas que estoy, dile que Alfonsina no vuelve, y si llama él no le digas nunca que estoy di que me he ido. Te vas Alfonsina con tu soledad, ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? Una voz antigua de viento y de sal, te requiebra el alma y te está llamando, y te vas hacia allá como el sueño dormida, Alfonsina, vestida de mar.

La admiración, y lo que me llega está canción, es increíble, y no sé por que, ¿será que Alfonsina tiene algo que ver con mi inspiración? Algo me dice que sí, la entiendo, completamente.

Sos lo mejor Alfonsina Storni.

Ojalá pudiera saber que miedo te llevó a concluir, ojalá pudiera comprender que historia dejaste de escribir, ojalá encontrara esa frase que me lleve a conseguir lo que vos nunca pudiste resistir, ojalá los ojos no merecieran tus lágrimas, ojalá comprender esa angustia junto con el mal que te toco, ojalá distinguir lo enfermo del amor, como lo hacías vos. Ojalá pueda llegar a pensar como lo hiciste vos, ojalá mis labios pronuncien tus palabras con más emoción.

…Yo también tengo un nudo en la panza por no poder liberarte, pero, pero al menos por ahora

Tu lugar es un cajón, porque es falta de respeto, cantarte sin emoción. Y este intruso que hay en mí, no te merece cantar, te merece alguien más grande capaz de inmortalizarte…

Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme prestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos escardados.


Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;

una constelación; la que te guste;

todas son buenas; bájala un poquito.


Déjame sola: oyes romper los brotes...

te acuna un pie celeste desde arriba

y un pájaro te traza unos compases


para que olvides... Gracias. Ah un encargo:

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido...

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