Todo estaba oscuro. Las voces se oían apenas como un susurro del viento. El fuego centelleaba e iluminaba el rincón solitario. Ese rincón…
Quizás me habría vuelto loco, pero había alguien más ahí. No estaba solo como antes. Empecé a ponerme nervioso, se me erizó la piel. Mi respiración empezó a agitarse, sentía frío. Mucho frío. Mis hombros descubiertos sintieron algo. Una mano se deslizo por mi hombro. No entiendo porque no volví la vista atrás. Me quedé paralizado. Quieto, en silencio. El dedo se quedó en el mismo lugar, luego sentí otro dedo más, después de eso las manos me acariciaron y los brazos me rodearon. Yo no volvía la vista atrás, mis actos ya no eran voluntarios, ya no eran parte de mí.
Sus ojos se abren. Memoria hostil de un tiempo de paz sin paz. Sus ojos se vuelven a cerrar, pestañea lentamente, su mirada se convierte en paz. Paz total. Abre los ojos y me dirige su mirada. No sé cómo fue que entro en mi ese sentimiento, nunca lo creí, pero algo recorrió mi espalda, me dio frío y… satisfacción, me gustó, fue tan… mágico. No sabía si era amor. Esos ojos seguían ahí, me buscaron. Nos encontramos, eran tan claros… me llamaban en voz baja, en silencio. Escuche un grito. Debajo de sus mejillas su boca se abría y pronunciaba algo, no sé que era. Se supone que tendría que haberla escuchado, pero era silencio, de su voz salía silencio. Era relajante, era hermoso. Sus dedos se entrelazaron en un mechón de pelo, su pelo brillante y claro, largo y suave. Sentí su piel cuando la acaricié, no nos hablábamos, sabíamos que éramos uno del otro, pero sin embargo no nos conocíamos. No sabíamos nuestro nombre, su dedo se deslizo por mi rostro y sus labios rozaron los míos. Cuando el sueño termino ella desapareció. La espere por horas, pero no volvió. Quizás haya sido extraño, y loco, y… descabellado, lo sé. Pero fue perfecto, en todos los sentidos, y lo quiero volver a vivir, quiero que esto pase por un perfecto deja vú.
Escribí los dos párrafos por separado, en diferentes días, luego me di cuenta que coincidían. Me gustó. Pegan.
En el último me inspire en el amor sin conocimiento, porque el amor carece de razón o del saber, el amor solo es una emoción natural, potente, si, pero no es necesario entender, saber, pensar, u otra cosa para amar, solo basta con sentir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
es simple, es claro