17 de noviembre de 2010

"Los finales felices son historias sin acabar"


Algunos sueños viven en nuestras mentes, en algunas mentes se refugian y en otras salen al mundo, algunos abren sus bocas y dejan expresar sus objetivos, otros, en cambio, deciden callarlos y reservar su felicidad sin que nadie se oponga. El miedo del “qué dirán”, a veces, nos impiden lograr querer lo que queremos.

Pasado y presente, vamos a aprender a vivirlo en el futuro, de los errores se aprende, pero nunca aprendemos a olvidar, a olvidar no se aprende, nunca, por más años, y más experiencias que se tenga, olvidar es imposible, porque cuando queremos olvidar no vamos a hacerlo.

Pensábamos como dos, éramos una persona, ¿lo éramos?, soñábamos con regresar a un mundo infinito, sin paralelos, y sin cruces, queríamos pensar como cada uno, pero pensábamos como dos sin intentarlo, no nos salía lo que queríamos, ¿por qué debía ser así? Como cuando buscamos algo sin cesar y no lo encontramos, recién ahí cuando abandonamos la búsqueda es cuando encontramos lo necesario. Podíamos gritar, discutir, hablar, conversar, y escribirnos, pero nada se comparaba con sentirse uno del otro, aunque fuera por segundos, eso era lo que mantenía eso vivo. Tantas veces oíamos hablar del amor, del odio, del recuerdo y del olvido, pero nunca habríamos creído esa forma de terminar, perfecto, dolor y angustia, y por otro lado, sinceridad y alivio, al fin pasaba lo que tenía que pasar. Luego todo se desordeno como hojas que caen al suelo, el equilibrio que había se rompió, aún así, arreglamos eso, porque por su parte también tenía un peso escondido, que agregar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

es simple, es claro