Nos vivimos haciendo tantas preguntas, creamos dudas eternas. Cuando generalizamos, metemos a todos en una misma bolsa, alguien hace que nos retractemos, pero tiempo después nos damos cuenta que teníamos razón, que todos iban a la misma bolsa, que no nos equivocábamos al mentirnos, pero tampoco éramos sinceros.
Creer en un mundo imposible es poner en la mesa tus sueños y contentarse al ver que ganaste la apuesta, solo que sin ganar, perdes ganando cuando tendría que ser al revés, cuando todos te tendrían que ver feliz, cuando todos tendrían que dibujarte una sonrisa, te dan agua y agua para que alimentes tus lagrimas, te dan ganas de romper esta historia y quemar las cenizas que quedan.
Mil veces pensamos, mil veces hablamos, temas y temas diferentes , e iguales a la vez, veinte veces pudimos disfrutar, diez logramos encontrar en nuestros ojos un rastro de ternura desgastada, una vez concluimos en el final, dos lo intentamos. Dos veces logré encontrar felicidad, una vez se terminó, treinta veces llegué al mar, y nunca pude terminar. Empezar y concluir es un ciclo vital, sufrir, llorar, sonreír, discutir, amar, llorar, pareciera que nos organizaron la vida en esto, sin embargo cambiamos los rumbos, podemos seguir, encontrar esas voces interiores de las que tantos hablar, quizás sea tan terrible como reconocerse a uno mismo Tengo una cita conmigo que no me animo a afrontar. ¿Quiénes éramos? ¿Quién era yo antes de esto? ¿Cambié? Debería considerar que está bien, hasta ahora, perdí mucho y gané poco, poco pero con más valor, aunque a veces, extraño un poco como era todo hace años, pero bien recuerdo que en ese momento hubiera deseado lo que tengo ahora, ¿estoy bien? Bien loca, pero bien al fin
Qué triste es vivir en una sociedad donde es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Albert Einstein
No hay comentarios:
Publicar un comentario
es simple, es claro