11 de diciembre de 2010

Siempre el tiempo se va

Tenemos fotos guardadas para recordar momentos perdidos, tenemos prisas que se tardan en llegar, tenemos voces que deleitan a nuestros oídos sordos, tenemos paciencias infinitamente terminales, tenemos clases y tipos de vida, sociedades de ricos y pobres, tenemos flores guardadas dentro de un libro, y un recuerdo de un tiempo que fue bueno, tenemos lagrimas que caen de consecuencia a un pasado vulnerable, tenemos fragilidad en nuestra lengua, besos a cereza, control sobre el tiempo, tenemos estaciones de primavera, en las que solo las pasamos solos, un grito en la garganta, un palabra que olvidamos de soltar en el momento indicado, tenemos tardanzas que nunca llegaron temprano, ojos cerrados a la triste realidad, juguetes abandonados, y la definición de libertad. Conseguimos lo que queríamos, pero no justo cuando lo necesitamos, mas todo se volvió un regalo, de lo que antes era lo peor de nuestras vidas. Llantos que se tiñeron de risas, sonrisas congeladas en sus suaves caricias, libros de ayuda para amores tristes, todo guardado en un cajón, junto con el corazón, junto con el recuerdo en nuestra memoria, esa memoria llena de inseguridades que volvieron a abrirse y cerrarse, concentrados en una sola cosa, tenemos una vida que vivir, una vida que resistir, y aprovechar, una misión que cumplir, un destino que completar, un momento para seguir, tenemos razones para nunca concluir de este olvido enterrado en el olvido, tenemos razones para decir que la vida es todo lo que imaginábamos. Tenemos pensamientos desechados. Tenemos guerreros derrocados. Tenemos teorías desgastadas, canciones cantadas, mitades incompletas, motivos encubiertos.

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