4 de marzo de 2011

Soy esclavo de tu piel

Tengo dos caminos:
Puedo seguir el resto de mi adolescencia como va, puedo no hacerle caso a  las circunstancias, sentirme una mierda, dejar lo que había empezado. O bien, puedo seguir con lo que planee, seguir creciendo y ocuparme del futuro cuando esté en él.
Puedo rescatarme de los prejuicios soñando con algún día ser feliz, teniendo la oportunidad de serlo. O puedo tirarme entre la multitud para que todos me dejen caer y yo poder sonreír sin hacerle caso al dolor.
Puedo naufragar entre razones que no me lleven a ningún lado. O puedo arriesgarme a hacer algo concreto sin poder volver atrás.
Puedo ser la felicidad de los que me trajeron, o puedo ser mi felicidad con otra forma de pensar poco aceptada.
Puedo caminar por alguno de estos dos caminos. Pero yo siempre voy a buscar la tercera opción.
Más que dos opciones siempre van a ser tres-
El tiempo nos decide, no puedo hacer esperar, ni tampoco me puedo apurar. ¿Tercera opción? Esperar y decidir tranquila, el tiempo me va a arrastrar por donde deba ir, esta vez, yo no quiero decidir.
Lo dijo Shakespeare. Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños.

Necesito mudarme a ese mundo, ya.

Mi ilusión, era entrar en tu caja y poder despertar. Mi pasión, es poder encontrar un espejo en tu mentalidad, y hoy estoy inquieto en este lugar con tu aliento en mi soledad. Mi existir es viajar por tu oído y gritarte siempre que hay verdad. Sin tu vos caeré no podré ilusionarme otra vez, porque el fuego que une nuestras almas morirá cuando deje de ver,
y si llego a mi fin intentando,
Seré un vencedor, porque es mejor intentar que morirse sin sentir tu voz.
Y cuando un día ese fuego se apague, quedará el recuerdo en tu pecho de haber sentido calor. Mi ilusión es la ilusa que ve salvación,
Mi ilusión es mi estrella, mi Dios, mi razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

es simple, es claro