11 de diciembre de 2010

son tiempos de cambiar


Nos vimos de repente, como dos desconocidos que saben que su futuro está en el reflejo de sus ojos, complotábamos miradas con palabras para llamar la atención, risas, y llantos que no cesaban. Nos observamos lentamente, como si fuera un espejo. Era difícil de creer, pero fácil de entender. Nada de otro mundo: dos personas, un hombre y una mujer. ¿Tan complicado iba a ser? Pero sin embargo, había algo raro ahí, yo sentía que algo estaba fuera de lugar. Algo que no debería estar. Aunque mi cara estaba pintada de sonrisas, de besos, de alegría, mi mente se preocupaba por mí. A mí me importaba mi pasado, y no quería ir hacia el futuro, ¿sería eso? El miedo a volver a un pasado, que fue, y no fue, mejor. Para aclarar las cosas, también alguien más quería compartir mi pasado con su futuro. No era fácil de reaccionar a esas situaciones, no era fácil contestar a esos problemas, y llorar al saber que todos se daban cuenta de mis imperfecciones. Me empezaba a desvalorar a mí misma, otra vez. Pero esta vez, era yo contra yo. Y no me lo iba a permitir. Yo era dueña de mi otro yo, no tenía ningún trastorno, ni problema mental. ¿Por qué hacerse problema?, ¿será que la vida es como las historias? ¿Comienzo, desarrollo, desenlace? Quizás ese sea el motivo de porque estamos acá. Sigo manteniendo la idea de que nuestras vidas, son solo libros, divididos en millones de capítulos. Quizás sí, quizás no. yo dudo, nada pierdo, nada gano.


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